martes, 24 de marzo de 2009

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PUBLICA EN LA VARGUARDIA EL MARTES 24.03.09
El informe de los Mossos a Saura: la actuación fue correcta pero no exitosa

La policía catalana sostiene que "nunca actúa sin motivación" ni de forma indiscriminada: Los Mossos sólo intervienen "cuando se pone en peligro manifiesto el orden" | No todas las lesiones fueron causadas por los antidisturbios, según el documento | La decisión del desalojo, un día antes de una manifestación, no se cuestiona | Se critica que algunos fotógrafos se situaran entre la línea policial y la de manifestantes
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Enrique Figueredo | Barcelona | 24/03/2009 | Actualizada a las 03:31h | Política

Los Mossos d´Esquadra ya han ultimado el informe que deben entregar al conseller de Interior de la Generalitat, el ecosocialista Joan Saura, sobre el desalojo del rectorado de la UB y de los incidentes que se produjeron durante las siguientes 48 horas.

23 pares de botas y hasta 2 boinas

En la lista de daños materiales de la manifestación del día 19, el informe de los Mossos incluye la ropa y protecciones de los agentes sobre los que cayó pintura rosa: 23 monos de intervención, 23 pares de botas, 21 juegos de protectores de piernas, 15 cascos de protección, 11 chalecos antibalas, 11 fundas de arma, 5 cinturones, dos boinas y hasta un reloj particular.
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Saura dijo en el Parlament que necesitaba ese informe para poder evaluar adecuadamente las acciones de la policía que tiene bajo sus órdenes, aunque lo que había visto en los medios de comunicación dijo que no le había gustado y se abstuvo de hacer una defensa cerrada de la policía autonómica. El informe que se entregará a Saura concluye que el trabajo de la policía autonómica los días 18 y 19 fue correcto y que las cargas policiales estuvieron motivadas.

La Vanguardia ha tenido acceso al informe, que data del día 22, elaborado por la dirección general de la Policía en el que los Mossos d´Esquadra se justifican. "En ningún caso, el cuerpo de Mossos actúa sin motivación, sin que previamente alguien haya puesto en peligro manifiesto el orden público. Tampoco en ningún caso, se actúa de forma indiscriminada, y la mejor demostración es el tiempo que duran las maniobras de dispersión", concluye.

En el documento, de 38 folios, más otros ocho pertenecientes a un anexo, existe un apartado llamado "Valoración de la estrategia policial", en el que se abre una ventana a la autocrítica. "Se ha de reconocer, sin embargo, que una actuación policial con lesionados del colectivo de periodistas, o bien de peatones y también de mossos, no puede calificarse de exitosa", se señala.

En el amplio dossier se desmenuza una por una las acciones policiales desarrolladas en cada uno de los escenarios los días 18 y 19 de este mes: "Desalojo del rectorado de la Universitat de Barcelona, concentración de estudiantes en la Gran Via, concentración en la plaza Universitat, manifestación e intrusión en el Palau Robert, manifestación de plaza Universitat a Via Laietana y manifestación contra la política educativa (día 19)".

A continuación se hacen diferentes consideraciones sobre las consecuencias de dichas intervenciones policiales. Se dice que algunas de las imágenes aparecidas en los medios de comunicación muestran momentos aislados sin contextualizar. "De esta manera, eleva a la categoría de muy relevantes hechos aislados enmascarando la violencia gratuita y hechos constitutivos de ilícitos penales", especifica el informe.

Asimismo, se señala que algunas de las lesiones sufridas por diversas personas en las cargas policiales "no han sido motivadas por acciones de los agentes actuantes", sino como consecuencia de la violencia de algunos manifestantes y por tropiezos en el momento en que se huye de la carga; "por disgregarse mirando hacia atrás o bien por los obstáculos que hay en la vía pública".

En este apartado, referido a las lesiones sufridas por personas ajenas a los manifestantes violentos, se recuerda uno de los episodios más comentados: "El caso del menor, que algunos medios han catalogado de agresión policial y que, en realidad, ha quedado de manifiesto por las imágenes que fue un tropiezo con una farola". El visionado de las imágenes no ofrece una visión clara de esa situación.

También se apunta que, en la manifestación del miércoles por la tarde, la cabecera estaba compuesta por personas que por su actitud e indumentaria -caras tapadas, portando instrumentos contundentes o pancartas acolchadas- evidenciaban que podían buscar el choque directo con la policía. Eso no hizo, sin embargo y siempre según el informe, que las personas que no iban a participar de "la estrategia planificada de confrontación" se apartaran.

"Cualquier persona que se encontrara en esa primera línea de la manifestación, era evidente que corría un doble riesgo, por un lado la acción de los violentos en forma de lanzamiento de objetos y agresiones indiscriminadas y por otro las consecuencia de la actuación policial".

Respecto a los periodistas lesionados durante las cargas, el informe señala que los representantes de la prensa no cumplieron en líneas generales las premisas para minimizar los riesgos que, según el informe, habrían pasado por llevar un chaleco, mantener una distancia prudente, no interponerse entre la línea policial y la de los manifestantes y haber seguido las recomendaciones del personal del área de comunicación que estaba sobre el terreno en el momento de las cargas.

El informe, sin embargo, pasa por alto dos circunstancias que pudieron haber tenido incidencia en el desarrollo de los acontecimientos. Uno es de carácter genérico, el de la elección del día del desalojo; y el otro, las órdenes contradictorias dadas a los antidisturbios en la esquina de las calles Jaume I y Via Laietana, donde se produciría minutos después la carga más contundente.

Respecto a la decisión de desalojar el rectorado el día 18, el informe no pone en cuestión que pudo haber sido una elección poco afortunada, dado que al día siguiente, además de ser laboral, estaba convocada una manifestación contra el proyecto de ley de Educación -a la que ICV se opone- que podía ser aprovechada por los más radicales. En los días siguientes, miembros de los Mossos señalaron que el rector hizo la petición de desalojo dos días antes y que bien se podía haber esperado otros dos más.

La transcripción de las conversaciones radiadas por el equipo de los Mossos pone de manifiesto que el responsable de los antidisturbios recibió orden de permitir la llegada de la manifestación del miércoles a la plaza Sant Jaume y que instantes después, se le dijo lo contrario.

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